PROCESIÓN
Con la última de las campanadas que marca las once de la noche de Jueves Santo se alcanza uno de los momentos culminantes en la Semana Santa oriolana: es la salida de la Hermandad del Silencio. La frase repetida año tras año por el Presidente: “Hermanos Silencio”, acompañada por el lento chirriar de las bisagras al abrirse las puertas de la Capilla de la Comunión de la Iglesia de Santiago, desde donde sale la Hermandad, son el inicio de una procesión que enriquece, sin duda alguna, con unos matices diferentes nuestra Semana Mayor.
La espiritualidad, la luz, el sonido, el ambiente etc. hacen que esta procesión sea verdaderamente especial. Aquí y más allá, en las calles que esperan la presencia del Cristo del Consuelo, se hace la oscuridad y el silencio. Silencio quebrado solamente por el bocinazo largo y sordo que pide “Silencio”, por el golpe seco de un tambor medio escondido entre los cientos de hermanos penitentes o por el arrastrón de una cruz demasiado pesada en algún hombro que ya va pidiendo una mano amiga.
Y una oscuridad medio encendida por los rayos plateados de la primera luna llena de primavera, que en estas tierras, y en esta noche nunca nos abandona.
Podemos presumir que desde 1940 en que desfilara la Hermandad por primera vez, ningún año ha dejado de hacerlo, y es que este cielo de esta noche siempre ha querido contemplar en la calle a su Cristo del Consuelo. Se escuchará el "Canto de la Pasión" en la abarrotada plaza de Santiago, y en los Claustros de la Catedral, en Loaces y en la Plaza Nueva.
Pasarán cientos de hermanos con sus faroles mortecinos reflejados en el negro asfalto o sobre los irregulares adoquines de las calles de Hospital, Mayor, el Paseo o San Pascual, y entre ellos otros hermanos con sus cruces al hombro realizarán el recorrido rememorando aquel dolorido camino del calvario. Pausadamente se dibujará la figura de un Cristo en la Cruz, un Cristo inmóvil, acariciado sólo por la brisa fresca de la noche.
Es el venerado Cristo del Consuelo, es nuestro Cristo recién muerto. Tras Él, como todos los años, el Señor Obispo, el Presidente de la Hermandad y el Párroco de Santiago. Finalmente se incorporarán largas filas de devotos alumbrantes, intentando siempre colocarse lo más próximos al Cristo, a este Cristo que casi se les va escapando de regreso a su sede Santiago, quedando el pavimento convertido en una alfombra de cera derretida.
José Sáez Sironi
ITINERARIO
Plaza de Santiago * Travesía Santiago *C/ Hospital * Plaza del Carmen * C/ Marqués de Arneva * C/ Santa Justa * C/ López Pozas * C/ Mayor de Ramón y Cajal * Plaza del Teniente Linares * C/ Soleres * C/ Santa Lucía * Paseo de Calvo Sotelo * C/ Ballesteros Villanueva * C/ Alfonso XIII * C/ Loazes * C/ Calderón de la Barca * C/ San Pascual * Plaza Nueva * Plaza de Cubero * C/ López Pozas * C/ Santa Justa * C/ Marqués de Arneva * C/ Francisco Díe * Plaza de Santiago.
ENSERES
FAROL ANTIGUO
Realizados en el año 1.942 según boceto de Fenoll. El oriolano Mariano Martínez fabrica los primeros faroles de forma totalmente artesanal, utilizando materiales de la época, como chapa de zinc, cristales dibujados a mano y columnas de madera torneadas. Como única luz, una vela insertada en el interior. Después de varias restauraciones y con el paso de los años, fueron sustituidos por otros con el mismo diseño y materiales modernos.
FAROL ANTIGUO
Fabricados por los hermanos Luis y Benedicto Martínez. Se utilizan materiales como aluminio, columnas de metal con terminaciones en fundición, cristales de metacrilato, etc. En la actualidad la Hermandad dispone de 400 faroles que son portados por hermanos del Silencio en la procesión de Jueves Santo.
FAROL ALTO
En 1.941 y 1942 se fabrican 4 faroles para acompañar a la cruz insignia y al estandarte. El oriolano Mariano Martínez se emplea a fondo para realizar esta obra de artesanía que años mas tarde restauraron sus hijos Luis y Benedicto. Como los primitivos faroles de mano, están fabricados con materiales de la época. Son portados por un hermano. En la actualidad llevan como luz tres tubos de cera líquida.
ESTANDARTE
Confeccionado en terciopelo negro, ribete y borlas doradas, lleva la cruz insignia de la Hermandad que bordaron a principio de 1.940 las Hnas. Dominicas.
TIMBAL
En 1.947 sustituyen a los antiguos tambores. En la actualitad son cinco, que con sonido destemplado y toques pausados, alertan a las gentes sobre la llegada del Santísimo Cristo del Consuelo.
BOCINA
Fabricada en 1.941. Es portada por hermanos del Silencio, y en la actualidad tocada por el hermano Gonzalo Ferrer Martíinez. Abre el desfile procesional y su toque avisa a las gentes que se acerca la procesión del Silencio.
CRUZ DE PENITENTE
Cincuenta cruces de diferentes tamaños y pesos son portadas cada Jueves Santo por hermanos del Silencio. Fieles a su anonimato podemos decir que algunas de ellas pesan más de treinta kilos y son transportadas sin descanso durante todo el recorrido.
CRUZ INSIGNIA
Aunque no esté escrito en ningún documento, es conocido el hecho, al haber llegado hasta nosotros de viva voz, que las cruces que rematan las ventanas del palacio de Rubalcava, en la calle Francisco Díe, sirvieron de base para diseñar el escudo de la Hermandad, una sencilla cruz con algún adorno. En 1.942 se hace una cruz de grandes dimensiones,(2.200 x 1,.600 m.).. fabricada en madera y lacada en plata. Es portada por un hermano que abre procesión y relevado a lo largo del recorrido.
CRUZ DE PENITENTE
En 1.941 el platero Mariano Martínez fabrica las primeras cruces pectorales, fundidas en aluminio.
CRUZ DE PENITENTE NUEVA
En 1.957 el Hermano Mayor, Rvdo. D. Salvador Ivars Devesa explica a la asamblea que para ganar, en caso de fallecimiento las indulgencias concedidas, se precisa que la figura de Cristo descanse sobre madera. Así se hacen las cruces que hoy conocemos y que sustituyen a las primitivas fabricadas de aluminio.
PORTACIRIOS
Según boceto de Balaguer Tortosa, el maestro Ambrosio Leyva talla en 1.963 seis portacirios de madera que se colocan a ambos lados del trono.
RECLINATORIO
Dos reclinatorios tallados en madera, están situados en el altar del Cristo del Consuelo; su cruz insignia es de fundición, lacada en plata.
VESTIMENTA
En 1.951 se cambia la vesta negra y el capirote nazareno por el hábito capuchino, por lo que se solocita al padre guardián de esta orden, Diego de Ollería, que los frailes corten los hábitos asegurando la fidelidad del modelo.